28 abril 20210
Dos hechos que la historia mundial jamás podrá olvidar sin duda son los ataques nucleares en contra de las poblaciones japonesas de Hiroshima y Nagasaki, que de manera criminal y sin ningún prurito, el gobierno de Estados Unidos, presidido por Harry Truman, ejecutó los días 6 y 9 de agosto de 1945.
Unas 220 mil personas inocentes, población civil, gran parte niños y niñas que se disponían a ir a su escuela en la mañana, fueron asesinadas y Japón inmerso en una tragedia cuyos efectos incluso se sufren hoy, pues la radiación nuclear afectó a generaciones de japoneses.
El gran criminal ordenó este genocidio para mostrar dientes y garras al mundo que buscaba paz luego del martirio que significó la conflagración mundial que culminó ese año trágico.
El Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, firmado en 1967 y al cual se adhirieron 190 países fue la respuesta tardía a estos hechos que marcaron a la humanidad con un antes y un después de la bomba nuclear. Luego entraron en vigor otros acuerdos como; El Protocolo Adicional de Tratado de No Proliferación Nuclear, suscrito en 1993 (anexo al Tratado de No Proliferación Nuclear) y el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, firmado en julio de 2017, con 122 votos a favor. Estos acuerdos fueron concebidos como medidas para prevenir la propagación de este terrible fenómeno que como es lógico son suscritos por la mayoría de los países de forma voluntaria unos y obligatoriamente otros, producto de la presión recibida para aceptarlos. Sin embargo, hay una excepción que burla el derecho internacional y a los pueblos del mundo, pero más, amenaza la paz mundial. Se trata del Estado sionista de Israel que no sólo se niega a firmar sino que además cuenta con la complicidad de algunos gobiernos como el de Washington y el de Francia, que incluso le apoyó secretamente en la construcción, a finales de la década de los años 50, de un sitio para la experimentación y práctica nuclear en el desierto cerca de Dimona.
El régimen sionista, incluso ocultó durante años este objetivo militar a su principal aliado, Estados Unidos. Pero este centro nuclear fue denunciado y se cree que Israel utiliza plutonio, con lo cual se incorporó en la lista de los nueve países poseedores de armas nucleares en el mundo.
Ante la imposibilidad de inspección de su programa nuclear, no se tiene información exacta del número de armas nucleares que posee Israel, sin embargo son muchas las afirmaciones que indican que el régimen sionista que ocupa el territorio de Palestina, posee entre 200 y 400 ojivas nucleares que posiblemente son transportadas por misiles balísticos tierra-aire, cazas o submarinos.
El régimen sionista, a pesar de tener dicha cantidad de ojivas y arsenales nucleares, ni acepta ni se somete a los acuerdos internacionales. Además, esgrimiendo su doble moral y su ambigua política nuclear, no solo no divulga información sobre sus armas nucleares al Organismo Internacional de Energía Atómica, sino que tampoco permite ninguna inspección o supervisión de sus instalaciones nucleares.
Israel es un estado perverso, uno de los más inmorales del Medio Oriente; un régimen racista y de apartheid, que ha impuesto mucha discriminación que no sólo discrimina al pueblo de palestina sino que lo mantiene bajo una ocupación ilegal e ilegítima. Israel está en guerra o confrontado con casi todos los países vecinos, además suma a su hostilidad un historial de invasiones y crímenes en contra de civiles inocentes que puede aumentar considerablemente si utiliza sus armas nucleares.
Complicidad de Occidente
Israel, armado hasta los dientes y negado a cualquier inspección, se atreve a amenazar y atacar a otros países por contar con instalaciones o políticas nucleares. Un ejemplo de su descarado cinismo fueron los bombardeos con los cuales atacó las instalaciones nucleares de Irak en 1981, que destruyó completamente.
El régimen sionista de Israel se ha convertido en un peligro para la seguridad de Medio Oriente y Asia occidental, por mantener armas nucleares en tal cantidad además de impulsar y apoyar el terrorismo en la región con plena impunidad que le alimentan gobiernos occidentales y muy especialmente Estados Unidos, uno de los principales responsables de la partición de Palestina y el robo sistemático de su tierra, a partir de 1948, cuando se declaró la existencia del estado de Israel. De allí en adelante han sido aprobadas más de una docena de resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU en su contra; muchas organizaciones internacionales le han pedido que rinda cuenta y han solicitado sanciones para él, pero ello ha sido en vano, pues Israel sigue siendo el principal criminal de la región.
El régimen sionista también se permite atacar el programa nuclear pacífico de Irán, que se está desarrollando de manera transparente y bajo la total supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica, y en su último acto terrorista, atacó la instalación nuclear de Natanz. La explosión de un taller y también de la central eléctrica de esta instalación, pudo haber producido una tragedia nuclear, pero gracias a la experticia de los técnicos y científicos iraníes se evitó una catástrofe nuclear y humana que hoy estaría sufriendo Irán y los pueblos de la región.
Israel sigue siendo apoyado en su sed de sangre por los gobiernos coloniales que con su complicidad perpetúan la inestabilidad en la región y en contrario, los pueblos libres, soberanos y justos del mundo, en los que se cuentan además aquellos que en carne propia han sufrido la tragedia nuclear como Japón, esperan que haya justicia y que la humanidad gane la batalla por la vida y la paz del mundo.
CARNET DE IDENTIDAD | Cinismo y doble moral de Israel
Hindu Anderi | @AnderiHindu
Fuente: Diario Ciudad CCS http://ciudadccs.info/2021/04/28/carnet-de-identidad-cinismo-y-doble-moral-de-israel/#