Carta abierta al Papa Francisco Con motivo de su visita a Irak

56787726_403

En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

Su Santidad Papa Francisco:

Bienvenido sea, querido huésped en nuestras tierras, mientras visita Irak; Este país que, en cuanto a historia, sufrimientos y aspiraciones, es inseparable del resto de los países que lo rodean; puesto que estas fronteras que nos han dividido en múltiples países -como Irak, Siria, Líbano, Palestina y otros de Oriente y Occidente- son, como usted sabe, fronteras modernas que nos impuso el colonialismo europeo, después de que fuéramos un país abierto hasta principios del siglo XX. Eso fue así desde antes del Patriarca Abraham, la paz sea con él, quien nació en Ur, Irak, donde usted realizará la oración; y quien pasó su vida viajando entre las ciudades de nuestro territorio, hasta que su bendita vida terminó en la ciudad de Hebrón, Palestina.

Foto: Andrew Medichini / AP

Este recorrido abrahámico sigue siendo como la arteria que une a nuestros países entre sí y entre las almas de las personas que en ellos habitan. Es por ello que la presencia de Abraham Al Khalil (“el Amigo de Dios”) continuó entre nosotros, y en Oriente nos quedó como ejemplo supremo en la práctica de la vida, el amor a las personas y el acercamiento a Dios.

En base a esto, nos parece insólito y provoca recelo que la entidad israelí que usurpó la tierra de Palestina -y en coordinación con algunos regímenes que carecen de los mínimos elementos de justicia y observancia de los derechos humanos- use el nombre «Abrahámico» como título para acuerdos políticos basados en la negación de los derechos del pueblo palestino, y presente eso como llave para la paz y la prosperidad; siendo eso para nosotros un engaño abierto, puesto que «Israel», que se afana en promocionar esa convocatoria, es el mismo que ha estado generando guerras durante más de setenta años, y estableció su estado en base a usurpar la tierra de su gente, expulsarlos de sus hogares, cometer atroces masacres contra ellos y negarles los derechos humanos más básicos; mientras presentan todo eso, especialmente al mundo cristiano, como el regreso de los judíos a la «Tierra Prometida».

Los musulmanes y cristianos de nuestro territorio nunca han estado en contra de los judíos, y usted sabe que en 1219 d.C., cuando San Francisco de Asís visitó Egipto, los judíos disfrutaban de plena libertad intelectual y religiosa con nosotros, de modo que el filósofo judío Maimónides murió en El Cairo en 1204 d.C., mientras estaba en el apogeo en lo que respecta a ser objeto de dádivas y reverencia. Por consiguiente, nuestro problema en Oriente como musulmanes y cristianos no es con la religión judía, sino que nuestro gran problema es con el sionismo y su falso estado, erigido en base a la ocupación, la agresión, el asesinato, la expulsión de habitantes y la usurpación de derechos, y que
no deja de provocar conflictos en los países de la región y alentar el sectarismo, el extremismo, el terrorismo y las guerras, para luego, encima de todo eso, ¡justificar su conducta criminal mediante el empleo y la explotación política de conceptos y símbolos religiosos y humanitarios!

Todo ello impone a los principales referentes religiosos y morales del mundo un papel responsable ante este doble crimen tanto contra el pueblo palestino como contra los valores, los principios y la moral toda, especialmente ante el fracaso de las instituciones internacionales, principalmente Las Naciones Unidas, en aliviar la injusticia infligida a los palestinos y hacer que Israel rinda cuentas por sus crímenes, ¡aunque sólo sea como una cuestión de condena verbal!

Sumo Pontífice; venerable invitado nuestro:

Nuestro país, que a lo largo de la historia ha sido cuna de religiones y jardín de diversidad de creencias, ideas y filosofías, está siendo testigo de una seria amenaza a esta pluralidad; amenaza que se agudiza por la acción de la entidad sionista, que considera que provocar conflictos sectarios forma parte esencial de sus políticas agresivas. No hacemos esta acusación arbitrariamente. Basta aquí con dos testimonios de lo que decimos, uno de los cuales es actual, que es que la entidad sionista brinda todas las formas de apoyo a los grupos terroristas que asolan a nuestra región, incluidas armas y tratamiento médico. El segundo testimonio es de antigua data, pero aún persistente, que es la conspiración de la entidad sionista para obligar a los cristianos a emigrar de Oriente; de modo que nuestro territorio comenzó a presenciar -desde principios del siglo XX- el aumento del indicador de la presencia de colonos judíos en Palestina, en simultaneo con la disminución de la proporción de la población cristiana en ella.

San Pedro, a quien el Sagrado Corán venera como uno de los discípulos apóstoles, nació en el pueblo de Betsaida en la Alta Galilea en el norte de Palestina; y de Palestina salió llevando la luz de la guía al mundo. Esta Palestina espera del sucesor de San Pedro -quien es usted mismo- estar claramente con su justa causa; que levante la voz de la verdad por encima de los tejados como ordenó el Mesías; y ¡¿qué derecho es mayor que el regreso de los desplazados a sus hogares, levantar el yugo de la ocupación del país usurpado a su gente, y liberar a los prisioneros, que incluyen mujeres y niños, de las cárceles de esta ocupación?!

Cuando esta esperanza por la que oramos se cumpla en todos los países de la región, las puertas de las guerras se cerrarán una tras otra, la gente se regocijará con la paz que el Mesías les prometió, y la alegría prevalecerá en toda la tierra. Esto será así porque Palestina es la herida más grande por la que sangra el mundo, y sin tratar adecuadamente esta herida, ¡la humanidad perderá sus valores, moral y dignidad a favor de los ladrones y criminales!

Desde que usted, Santo Padre, porta el nombre y el mensaje de «La Paz de Asís» en referencia a vuestro guía, San Francisco, citamos junto a usted esa oración que se le atribuye, en la que dice: “¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz! … donde haya error, ponga yo verdad; … donde haya desesperación, ponga yo esperanza; … donde haya tristeza, ponga yo alegría”.
Es lamentable y causa el mayor dolor que Palestina, en la que el Mesías nació y vivió, no viva con alegría; que su legítimo pueblo, independientemente de sus diferentes religiones y credos, sufra la injusticia de la falsedad; y que los poseedores de derechos estén a punto de perder la esperanza en este mundo en el que sus políticos practican las más horrendas manifestaciones de hipocresía, en tanto tararean los principios y derechos humanos para luego guardar silencio sobre los continuos crímenes de la ocupación israelí, después de que le dieran las excusas para el establecimiento de su falso estado en nuestra tierra bendita.

Finalmente:

A pesar de todas las presiones externas que enfrenta nuestro país, y a pesar de nuestras múltiples crisis internas, creemos que la voluntad de Dios, Glorificado Sea, dicta la victoria de quienes creen en la paz, la verdad, la justicia y la misericordia; significados inseparables uno de otro. Trabajaremos férreamente para librar a nuestro país de quienes se pronuncian en foros internacionales en nombre de la paz, en tanto cometen las masacres más brutales contra nuestros jóvenes, mujeres y niños, de modo que no pasan días sin que uno de ellos sea martirizado en los puestos de control militares que cortan en pedazos el país del Mesías, la paz sea con él.

Tenemos la esperanza de que el honor de la liberación de Palestina, la justicia para su pueblo y el restablecimiento de sus legítimos derechos pertenezca a estas generaciones, que están presenciando la intensificación de la conspiración mundial contra Palestina, de modo que incluso el solo hecho de invocar su nombre se ha convertido en un crimen en la apreciación de muchos líderes mundiales.

Así también tenemos la esperanza de que, junto a nosotros, alcancen este honor todos los libres y creyentes en la dignidad humana y en la paz basada en la justicia completa y sin menoscabo; y usted, oh Santo Padre, es de las primeras personas de las que esperamos ello, dado lo que representa a los ojos de los creyentes; y asimismo considerando el importante valor clave de la Iglesia Católica en el mundo.

Le deseamos una peregrinación llena de gracias espirituales y encuentros fructíferos que potencien el acercamiento, el mutuo conocimiento, la cooperación y la compasión entre las personas de diferentes religiones y credos, y que le recibamos nuevamente en nuestros países en el recorrido de peregrinación que une desde Ur a Jerusalén, Belén, Hebrón y el Monte Sinaí, encontrándose todas estas regiones y sus alrededores seguras y en paz, sin ocupación ni guerras.

Que la paz sea con usted y todos los que obran para la paz.

Campaña Global para “El Regreso a Palestina” – Fundación “el Clamor de Al-Aqsa en Irak” – Iniciativa musulmana y cristiana frente a la normalización de relaciones con la usurpación – Foro Académico Internacional para Palestina

 

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

Puede ser una imagen de texto que dice "2021 Ayear Confront Normalization GLOBAL CAMPAIGN lamentable causa legítimo que elg mayor dolor Palestina, nació óyvivió, con independientemente religiones credos, sufra poseedores derechos estén punto perderla esperanza hipocresía, tanto sobre los nuestra bendita. dierar guardar pesar falso presiones paz, que enfrenta Dios, misericordia; país, de pesar victoria quienes quienes cortan foros país Trabajaremos Tenemos esperanza sus puestos que control niños, que laintensificación invocar liberación Palestina estas mundial contra en| también creyentes Padre, justicia pueblo están presenciando solo hecho las usted, llena credos, desde compasión entre seguras Hebrón Sinaí, guerras. todas cristiana Fundación de Al-Aqsa W:www.topalestine.org TOPALESTINE :ReturnToPalestine.net M:+96171469152"